
EL MISTERIO DE SORBACES
Un milagro que cambió la faz de la Historia.
Año 589, cuando aún humeaban las ruinas del Imperio Romano y coexistían dos pueblos sin convivir. En este recóndito paraje, se celebra en secreto una boda prohibida entre una joven romana y un príncipe godo, en presencia de la Santa Reliquia. Pero el rey Recaredo se entera, y viene a saquear el pueblo. Hasta que el Cielo se manifieste.
Un misterio que permaneció intacto durante siglos
En 1858, Francisco Morales, vecino de Guadamur, descubrió a escasos metros de aquí el tesoro más importante de los reyes visigodos conocido hasta la fecha enterrado en las tierras de la huerta de Guarrazar. Todos los atributos de su soberanía estaban cuidadosamente dispuestos allí, testigos mudos de glorias desvanecidas. Coronas de soberbia riqueza, hechas de oro fino y engastadas con perlas y zafiros, yacían aquí, entre los restos apenas visibles de una basílica real: Santa María de Sorbaces.
Reyes de un mundo antiguo
Las coronas se vendieron y ahora se conservan en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y el Cluny de París. Pero el misterio permaneció intacto, y desató las pasiones de la comunidad científica: ¿Por qué coronas con semejante forma? ¿Por qué un santuario real aquí? Según cuentan de padres a hijos, en estas tierras se obró un gran milagro...